HISTORIAS PARA CONTAR. I parte.
Motos adaptadas al inicio del trial en Canarias.
Cuando
hablamos de motos especiales adaptadas para competir en modalidades deportivas
que se adelantan a su tiempo, encontramos curiosidades en las islas canarias,
con dichos inventos. Y si detrás de estos artefactos readaptados a las nuevas
demandas de aquellas épocas, se encuentran grandes mecánicos, empresarios y
gestores deportivos de la motocicleta, pues damos la campanada por la
curiosidad que suscitan algunas fotos de su histórico archivo de vida.

Para
poder entender el caso que nos ocupa hemos compartido jornada con una de las
enciclopedias vivas más lúcidas del motociclismo canario de todos los tiempos. Antonio
Trujillo Betancor. Nació en la isleta en la calle Taliarte allá por 1944,
justo en medio de la segunda Guerra mundial. Desde muy niño sintió curiosidad por
los elementos mecánicos y en su actividad aplicada de monaguillo se dedicó al
mantenimiento de los servicios católicos que demandaba la iglesia por entonces
con aquella Iso del sacerdote de la parroquia de la luz. Que usaba para
acudir a los servicios religiosos y de transporte de las cosas de la Iglesia,
la tenía siempre maqueada y sus primeros pinitos con las dos ruedas comenzaba a
fraguar un largo romance de vida.

Aunque
tubo tiempo de poner en escenas otras variantes de la industria mecánica,
siendo feriante y artífice de una gran noria, que casi le cuesta la vida,
durante el mantenimiento en San Ginés -Lanzarote- Más tarde se pasó a la mecánica
de motos, impulsado por el amor a las dos ruedas en Salón Mercurio de la mano
de D, José Monzón, donde fraguó sus conocimientos en la materia. Antonio nos
hace un repaso a todos los talleres de motos de Las Palmas de Gran Canaria en
la década de los 50/60/70. Desde el barrio de San José a su barrio Natal de la isleta.
Hombre pausado y de extraordinaria lucidez para el recuerdo, enumera detalles específicos
que se nos escapan ante el caudal de pasiones.

Fue
piloto de motos en el despertar de las competiciones en Canarias y tubo un buen
lote de monturas con las que compitió, Mondial, Ducson, Garelli, DKV, con la
que hizo grandes carreras sobre el asfalto, Las subidas a Moya. El Circuito de
Firgas. Subidas a Tafira. Rallye Gran Canaria. Kilómetro lanzado, Impulso y
asistió el nacimiento del trial en Gran Canaria, con aquel I Trial San José del
Álamo. Que llevaba a escena con Sergio Bolaños, de la Peña Motorista Gran Canaria. -El trial lo trajo a Gran Canaria, el catalán
José Pedró Romeu-, con una cota 247, que habló con Sergio y la Peña Motorista
para suscitar la primera competición de trial en Canarias, que arrancaba en
1969. Con varías Cotas 247. Santiago
castellano, Pepe Moreno, Jose Pedró Romeu, Oscar Bolaños, Antonio Trujillo con un
derbi antorcha adaptada, Manuel Ortiz con una honda 350 Scrambler de todo
Terreno. Juan Artigas con una Ducati Road 200 adaptada para el trial. En pequeñas
cilindradas La Ducati Senda 50cc TT. Pepe Gonzalez, con Garelli transformada a
manillar alto. Pues pocas motos para la práctica había aún, aunque recuerda también
una Francis Barnett de trial en los almacenes de Hilde, frente la calle Joaquín
Costa – Cuando comenzó en el taller de Salón Mercurio- probablemente de algún
encargo especial, pero que nunca vió competir en los triales canarios.

El
despertar lento de las competiciones, tras el fatídico accidente de coches en
el circuito de escaleritas, propició el despegue del Trial y el Todo Terreno en
Gran Canaria, que en los siguientes años ya comenzaban a mejorarse máquinas. Tras
el primer Trial de San José del álamo una semana después se celebró el I Enduro
- Todo Terreno- de Arinaga. Con las mismas motos. Además de los triales de Ingenio
o Las Palmas que le seguían.
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Antonio
Adquirió una Bultaco Lobito, pues las primeras Bultacos Sherpas aún tardarían
unos años para llegar a las competiciones canarias. La Bultaco Lobito 75 de
Trial, sufrió la transformación del gurú de las motos. Con un basculante trasero
más largo, adaptación de la palanca de cambio, para meter las marchas con la
parte trasera del pie, con una inclinación hacia arriba. Una caja de cuatro
velocidades adaptadas con piñones especiales para el trial, muelles de la suspensión
delantera, manillar alto, sillón corto, y el motor de la TSS 125 la tralla 101,
tocada hasta 155, volante de inercia y magnético más grande y pesado. Una auténtica
moto de trial, que suscito la admiración al igual que la de Ducati Road 200 de
Juan Artigas por la profunda reconversión adaptada, para una segunda vida en el
trial de entonces. Aunque pronto comenzarían a llegar la competencia de las
Montesas 247 únicas en la especie, dedicadas al trial. Que sería la Bultaco Sherpa
y toda su gama.

Pero
de eso y muchos cuentos más, vamos escribiendo otros relatos de estas historias
desgranadas hasta la saciedad, con la complicidad de tener en primera persona,
la memoria prodigiosa de Antonio Trujillo. La enciclopedia del motociclismo canario.