Si no podemos montar el evento Viejas Glorias por este año tan mezquino que nos ha tocado vivir, reconvertimos la fórmula divina de “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”. Y en esta tesis de pensamiento, nos quedamos con la duda, porque no acercarnos a los garajes de los coleccionistas canarios, a sus rincones viejas glorias, para que nos muestren sus pasiones guardadas. La esencia conservada y cultivada de sus glorias, su culto a lo clásico y antiguo.
En este periplo especial Viejas Glorias Canarias y su poder de magnetismo nos vamos al templo de los Naranjo. La familia Naranjo con Don Carlos y su hijo Oliver han convertido sus pasiones en centro de culto,han ordenado y recuperado un precioso material antiguo y clasico, resto del colonialismo inglés en el archipiélago una de las muestras más variadas y conservadas de las islas.