lunes, octubre 14, 2024
TRIAL DE TEROR, PASADO POR AGUA.
En
esto del trial, a veces nos olvidamos de los elementos. Y son los que a priori
marcan la diferencia, entre lo posible y lo técnicamente complicado. Tanto que
pudiera poner en entredicho el excelente trabajo de marcaje que realizaron Jose
de Teromoto y la familia Naranjo.
En una mañana encapotada y con buena dosis de rocío en el alba, la tierra arcillosa y sedienta se ponía de patinaje para las intenciones de una jornada de trial. Las zonas se complicaron hasta convocar el consejo en las reuniones de jurado de carrera, para cambiar zonas neutralizando algunos pasos y condenando otros a los de nivel inferior, ya que en la tierra la arcilla era barro de tacones, y patinaje artístico, mientras que, en la roca milenaria, el musgo resucitaba como lo hacen las mareas en la bajamar. La primera vuelta marcaría un trial inesperado, con gran dosis de lamento entre los pilotos, que no recordaban lo que eran trialear en mojado. Y es que, la juventud de la mayoría se olvidó de aquellos triales del Gamonal de los 90 y en invierno.