lunes, octubre 13, 2025

JACOPO DEL SECCO. ADIOS AMIGO.


Hoy no es un gran día para morir,  tampoco nos vale porque siempre es una mala hora. Y  Jacopo lo sabía, pero no lo intuía, una persona con tanta pasión por las motos y el motociclismo que alimentaba con el amor que le distinguía, nos sacude su despedida, aun siendo en las pasiones que amaba. Me afectado emocionalmente y me golpean los recuerdos; su carismática filosofía de la moto y cultivar todo lo que a ella une, nos dió una dimensión extraordinaria de su personalidad. Jacopo nos visitaba siempre al Viejas Glorias, -Dándole al Bike show Viejas glorias- una dimensión increíble de creatividad y competición, con sus nuevas hornadas de transformación, un gusto exquisito en los retoques y unos deseos de compartir su amor por las máquinas y las corrientes que la acompañaban, que no hacía sentir alumnos de sus experiencias. Ahora se fue y nos dejó ese sabor amargo del mejor café servido. ya lo extrañamos en la distancia, Adelante amigo, sigue transformando con tu sonrisa las experiencias de querer el motociclismo y su cultura mas allá de esta dimensión. Grande en este espacio tiempo que decidiste acompañarnos, Siempre serás un excelente maestro. Abrazo querido Jacopo. nuestra admiración por dejarte conocer en nuestro tiempo. Vida eterna amigo.

                                                                                  

Subidas en Cuesta


 Un clásico que despierta del sueño aletargado de la memoria colectiva

El tiempo pasa, cambian las modas y evolucionan las costumbres, pero algunas pasiones permanecen. En estos 75 años de competiciones en Canarias, el motociclismo ha sabido adaptarse a cada época sin perder su espíritu original. Ha sido una constante en la historia deportiva del Archipiélago, dejando a su paso recuerdos imborrables, anécdotas y héroes de carne y hueso.

Cada nueva generación de pilotos ha aportado su forma de entender el deporte, y con ello, su propia huella. Pero siempre hay algo que se mantiene: la emoción del público, el rugido de los motores y la nostalgia de las viejas glorias, que aún brillan en la memoria de quienes vivieron aquellos días de pura pasión por la carretera.

Vale la pena mirar atrás para recordar cómo empezó todo.
Fue un 13 de octubre de 1957, justo después de la fiesta del Pilar, cuando se celebró la primera Subida a Tafira. Aquella jornada marcó un antes y un después. Con el respaldo del Real Automóvil Club de Gran Canaria y el impulso de dos entusiastas —Manolo Bautista y Pepe Herrera, quien más tarde sería presidente del Moto Club Gran Canaria—, se organizó una prueba inédita: coches y motos compitiendo juntos en la misma subida.