domingo, mayo 31, 2020

MI AMIGO GEORGE BROUGHT



Ante la insistencia de los compañeros de Viejas Glorias de que aporte algo más original al mundo de los pasionales antiguos, me presentaré desde algún pasaje histórico. Mi nombre es George Brough y, además de ejercer como piloto, tengo una fábrica de motocicletas en Nottingham. 

 

Entre 1919 y 1940 fabricamos unas 3.000 motos en 19 modelos diferentes...

 

Seguramente a estas alturas del cuento. Sabes de qué marca se trata. En cualquier caso, su sinónimo y coletilla de excelencia era adorno de talla preciada, le llamaban la Rolls Royce del motociclismo. Los modelos más famosos de esta marca se identificaban con las siglas SS80 y SS100.

 

La primera alcanzaba los 128 km/h. mientras que la segunda llegaba hasta los 160 Km/ h. Estos datos los certificaba y se transfería en la documentación con la firma del jefe. Y todos los modelos se montaban dos veces a mano; una vez para ajustar todo, y una segunda vez para su entrega al dichoso cliente. Por si aún dudan de su apellido, dejen que les presente, aunque tal vez ya conozcan a un viejo amigo.

 

 

Mi mejor cliente tiene una gran colección de Brough Superior. Ocho modelos para ser concreto; y ya ha encargado la novena. Se llama Thomas Edwards Laurence. El coronel Tomás. Más conocido por los cinéfilos como "Laurence de Arabia". 

 

Ahora sí que saben ya quién era mi famoso cliente, ¿verdad?

 

Probando la penúltima SS100, apodada la Jorge II, se mató esquivando a unos chiquillos en bicicleta. Fue una perdida muy lamentada. Una fatalidad del destino. La moto se restauró y se encuentra en el museo de la guerra de Inglaterra.

 

Su pasaporte de riqueza y el mundo del cine provocaron la aureola de leyenda sobre esta marca distinguida que ya no tenía la connotación de seguir fabricando motos legendarias. Máquinas de ensueño. Siendo honestos, había delegado en Vincent el relevo de la fabricación de motos, pero tanquilos, continué fabricando recambios para mis distinguidos clientes hasta 1960.

 

 

En cualquier caso los infortunios cambiaron el rumbo ya que con el estallado de la gran guerra tuve que reciclar mi fábrica y dedicarme a fabricar cojinetes y cigüeñales para los Rolls Merlín de Air Force británica.

 

Antes de que esto ocurriera, nos dio tiempo de establecer algunos récords en Bonneville con la "Correcaminos" Road Runner. Era todo honor y orgullo llevar estas máquinas que nacieron con el pedigrí y que entraron en la categoría de motos de leyenda.

 

 

Actualmente, pujar por una de ellas en subasta puede salir más caro que comprar una isla en el pacífico. En el 1996 se subastó la patente para volver a fabricar Brough. Hasta ha aparecido un prototipo de Moto2, con Jeremy McWilliams a los mandos, en el Mundial de MotoGP, pero eso de dejar que los japos, que solo saben fabricar a granel, motoricen mi marca, no podía salir bien... Capullos, ¿cómo se les ocurre prostituir una leyenda? ¡No conocen lo que es la excelencia! Si resucitara, se iban a enterar de lo que era hacer una moto de verdad. ¡Mentecatos!

 


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