Cuando
se junta la pasión con las circunstancias y la definición de un proyecto
trabajado a conciencia, suelen ocurrir cosas curiosas con un sello especial de
identidad que las separan de la normalidad, este escenario se consolida en un hábitat
particular como lo puede ser un barrio, que vivió su pasado motorizado desde la
óptica de las pequeñas cilindradas y que cultivó el carácter festivo de su gente
por la pasión por las motos y el entorno.
La Gavia, barrio de medianías altas del municipio de Telde, con nombre de minarete encantado y una visión más que rural sobre el amplio paisaje de la ciudad de los Faycanes vuelve a dejarse ver a través del prisma de las motos. Su RETROMOT LM SERPIENTE se ha convertido en una excusa perfecta para el disfrute organizado de otros tiempos, en los que los ciclomotores eran los reyes del barrio. Ahora la tentación a viajar en el túnel del tiempo, tiene la consecuencia de ver otra familia más joven tirando del carro del olvido, pero aplicados en la sabiduría del objetivo y avalados por los recuerdos materiales del baúl. Ya tenemos excusa para montar la fiesta. Pensamos y actuamos.
Y
así arrancó en una veraniega mañana el surtido y el desfile de paseo a la
montaña, había estrenos y novedades en la programación. El primero y más
inminente el espectáculo de los Benjamines en su primera experiencia en dos
ruedas. Mangas organizadas por el equipo de Zule, que hacía honor a su trabajo
ilusionada con los más peques. Mucho público, tanto que el aparcamiento era
kilométrico y organizado por los amigos del patronato de fiestas de Maria
Auxiliadora. En las caras equipadas de los mas pequeños la sensación de un día
en las carreras. En sus primeras andanzas. El aplauso permanente, la compañía
familiar y el ambiente rural del campo canario, crearon el clima perfecto para
que la combinación germinara sus primeros brotes de felicidad y futuro. Sin
duda brilló a gran nivel el montaje, el decorado, el colorido y el contenido.
Regalos a doquier para los peques, medalla del honor, avituallamiento de energía
y arropo de todos.
Las
motos se organizaban por acabados y preparaciones en el local social donde exhibían
sus mejoras de transformaciones al concurso. El ganador oficial fue Diego de
Arucas, que arribo con su FDS y una estampa muy lograda. Otros amigos le
acompañaron en la foto oficial, aunque ya habían acudido a la cita en otras
ediciones. Mientras el local social se convirtió en la sala de fotografías de
antaño, pasajes de la gente del barrio en los sesenta. O el primer enducross de
los noventa. Que recordaba nuestro pasado juvenil.
Luego
llegó la banda de Rock. The Moon Rockers. Y puso la nota del relax en el
barranco. El olor a mezcla de combustible 2 T. con la humareda, ambiento la
prueba de aceleración y en una constante obra cómica de reparto, los pobres
ciclomotores sacudían sus petardos por el circuito como empujados por los
aplausos del respetable, que se divertían con los bufones de palacio.
El
amigo Adargoma llegaba en bici después de escalar el Palmital y se dirigía a la
carpa de Gesplan, para desenrollar una serpiente del manillar casada en el
ascenso. Era la primera de la mañana, a esta iniciativa, le seguía algo después
el ganador Eduardo Morales, que, por segundo año consecutivo, aparecía con tres
ejemplares más, en garrafas. Los chicos de Gesplan tuvieron una activa mañana
informando al público del problema ambiental y contentos con la iniciativa de las
motos aportaron además regalos a los cazadores que ya lucen en el trofeo del Cazador
de Serpientes sus datos y capturas.
Pero
la fiesta continuaba y el murmullo subía la temperatura congestionada con la
música y la alegría, para desatar las pasiones y la charla, muchos amigos de
toda la isla y muchos camaradas del barrio se acercaron a la cita para seguir
intercambiando los recuerdos y pasajes del tiempo. Sobre las 13.30 H fueron cayendo premios en
la carrera de cintas otra estrella del RETROMOT, que guarda la esencia para
recordar el divertimento de las fiestas rurales en los años 70/80. Fue una
mañana intensa, agradable, llena de todos los elementos que nos ilusionan,
siempre comenzando por el compartimento de la pasión por los ciclomotores y las
dos ruedas.
Por
esta vez, los benjamines, las serpientes y el Rock and Roll nos metieron en
otra sintonía, la cobertura rural del barrio, donde solo estaba aquello que nos
reunía, el deseo de consolidarlo y compartirlo en una realidad latente que
florece, con la espontaneidad que siempre ha dado a las grandes citas de la
historia, la experiencia de los amigos del Moto Club las Palmas Roque Nublo.
Agradecimiento
a todos los amigos que se esforzaron por maquear sus motos y subirlas, a todos
los colaboradores que echaron una mano para sacar la fiesta adelante. Al
patronato de fiestas de María Auxiliadora de la Gavia, a Zule y su equipo, por
su gran iniciativa y dedicación, a los compañeros The Moon Rockers, por el
concierto, a la retirada satisfecha por las manos sibaritas gastronómicas de
maestro Pedro y los impresentables y su increíble fideguá Retromot.
Por
supuesto, el arropo oficial de Gesplan y el ayuntamiento de Telde, hasta el V
RETROMOT 2025, habrá que esperar. Pero ya estamos descontando.
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