Si el ilustre D. Miguel de Cervantes parodió el futuro motorizado a través de las épicas aventuras de caballería, del Hidalgo más famoso del siglo de oro español, no pudo más que preconizar que las batallas del futuro se librarían en su pueblo, pasiones dormidas y resueltas, con el orgullo patrio. En su bondadosa y elocuente lectura encontraremos razones para seguir apasionados con esta joya natal de Alcalá de Henares. Patrimonio de la humanidad y patrimonio nacional de las motos. Culto del respeto por el amor a nuestros hierros y a nuestros antepasados. Pocas veces encontramos el fenómeno activo que un ayuntamiento de este país tan variopinto, rinda culto, conserve fresca la memoria y añada todos los condimentos para que la realidad supera la ficción, haciéndonos entrega nuevamente de una obra de arte en su conjunto: Cultura, tecnología, autenticidad, pedigrí y patrimonio de la humanidad para decir al mundo una vez más, que como en casa, no se cocina en ninguna parte… y que para monumentos el Museo de la motocicleta nacional, Made in Spain.
Rafa Lozano, me aclaró el concepto. Made in Spain, no es más barbarismo que la pegatina que llevaban todas las marcas españolas exportadas al extranjero. En miniatura encima de la tapa de la gasolina del tanque. Para decir por lo bajini, que se fabricaron en España, faltaría más… A UK, le doramos hasta el sol, si hace falta. Al mundo cultura universal.
Cuando se junta la pasión, la inteligencia y los medios para ponerlos al servicio de la sociedad el resultado suele sorprender por grandilocuente, y aquello que parafraseo el emperador Augusto, que todos los caminos llevaban a Roma, nos vale de nuevo en el argot motorista para indicar que todas las rutas motoristas acaban en Alcalá de Henares, a visitar su museo.
Hace tan solo dos escasos años, se pusieron manos a la obra. La combinación perfecta. Fernando de Portugal, -Last Lap- Ayuntamiento de Alcalá de Henares, Hermanos Lozano y Juanjo Blanco, juntos, consiguieron contagiar a un grupo de apasionados, para acompañar como los mejores guías de museos, para aclarar e interactuar. Miguel -El Mudo-, Luis -Vespa- Julian, sobre los argumentos del motociclismo de España a nivel fabricación, competición, detalles e historias de cada rincón, con la exaltación de sus mejores embajadoras mundiales.
El antiguo edificio de GAL sirvió para definir y reaprovechar el proyecto que se puso encima de la mesa, un ayuntamiento que no dudó del entusiasmo y la puesta en escena del mejor museo de la moto nacional y arropó con elegancia y convicción al mundo de la moto clásica y antigua.
Hacía tiempo que me rondaba la visita al museo, cierto es que estaba en la agenda de escapadas con prioridad, aprovechando “matar dos pájaros de un tiro”. Como reza el dicho, cayó Retromovil Madrid y El Museo de la moto Made in Spain en Alcalá de Henares. Y allá en el tren de cercanías partimos desde Atocha, al Pueblo natal de D. Miguel ahí en el borde del páramo alcarreño bajo la expansión industrial y territorial del empuje y la periferia de Madrid
El edificio del GAL, reconvertido para ocio, es agradable y lo han rediseñado interiormente con gran acierto, hay está la mano de los ingenieros para definir la exposición con la exactitud de las muestras. Siguiendo un orden cronológico que comienza con el NODO, y unas primeras impresiones de lo que acontecerá más allá de las cortinas. La recepción sencilla y explicita, con el fotocoll del museo escoltado por el Side de trial de Bultaco Sherpa y el de las marcas nacionales más importantes. El mostrador de consultas. Y una hilera de pequeñas derbi. Parece un misterio, pero las antesalas de los espectáculos brindan la oportunidad de prepararte emocionalmente para la digestión de tremendo banquete de clásicas.
Dicho queda que acceder a su interior es abrir en tres dimensiones el concepto, que las miradas, se cruzan y disparan buscando detalles y motos específicas; Patria. Eleutalia, Salvador, Lube, Las motos de la preguerra, el despertar de los comienzos de la industria nacional. Guau… ¡Tantas y tan ordenadas que necesitas tiempo, para devorar y analizar y los pasillos te invitan a correr y recorrer devorando con la mirada y tragando la información visual sin masticar! Entonces es cuando aparece el mudo, Luis, Julian o Jorge. Y ahí te fulminan de conocimientos y tentaciones. Primero te acercan detalles puntuales según la percepción que le inspiras y luego te van soltando una madeja de filosofía apasionada de motos, marcas y recuerdos, que crees que el día se te va hacer corto y tendrás que volver.
Luis Vespa es un artista de la palabra y acerca sus andanzas a su campo de acción, La vespa de pedales, ¿La conoces? La gran desconocida, No le toques el tema vespas porque estas perdido, no te recuperan ni en tres visitas más al museo. Luego del descanso de Luis y la sumisión a los estantes, donde seguir descubriendo Rondini, Isomoto, Velomosquito, Yaya, velosolex, Coronat... Uff... No me da la vida para un postulado nacional con más de setenta fábricas entre artesanas e industriales. Luego te encuentras entre tantas joyas, la sonrisa del Mudo buscando amigos moteros y te indica, para ubicarte y no te pierdas en tonterías. Que sus lomos tienen 42 Pingüinos y 512 concentraciones. Pero su devoción por las motos y su cultura sigue siendo de intercambio. ¿conoces la “MaryTere”? Es un vespino particular, comentando la visita de la familia “Carranza” le tiene especial enganche y lo bautizó después de la visita de la ministra al museo, -la Sra. Reyes Maroto- porque le asemeja al Vespino GL. “Fría, seca y roja” y con su sentido del humor extraordinario, nos sigue sorteando anécdotas y palmarés. Y es que el mudo, no habla nada… Ya somos muchos los mudos en este país, que se nos caen las anécdotas para seguir metiendo metralla histórica en nuestras molleras. Y luego aparece Julián, un tipo espléndido, amable y todo corazón con el museo. De verdad, lo mejor de este museo son sus apasionados, la moldura tan espectacular con la que tejen el día a día. Hacen que la muestra tenga un sentido especial ante la veteranía y sabiduría de sus representantes.
Mientras meditaba por los pasillos la suerte de los motoristas de España. Una potencia mundial en pilotos, motos y carreras. Una explosión de valores guardados que comenzaron por los primeros coleccionistas, siguió por los restauradores y continúa por las transiciones históricas. Ahora lentamente, con pies de plomo; Las colecciones particulares, muestras, ferias y museos. Amparado por clubes, federaciones e instituciones. Van sacando a la luz toda una cultura patrimonial de años de rescate y conservación.
Los detalles de este museo son básicos, mientras observas la Derbi Pirineos o el coyote, La Lube o la MAF. Escuchas el sonido ambiental, a Perales, Julio Iglesias y el amplio repertorio Viejas glorias de la canción española. Te sientes como en casa, tentado a una suerte magnifica de realidades y es que el mundo de la moto, resucita cada día en otras formas y maneras de dejarse querer. Aunque lo de las motos clásicas y antiguas, mejor mantener cerrada la caja de pandora española y que sigua manteniendo la luz de la esperanza, de definir, en realidades satisfactorias, este bendito país de “la que se avecina”.
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