jueves, septiembre 10, 2020

LA VESPA DE MADERA

 Desayuno dominical: “Antonio Franco y la Vespa de madera”


Cuando la creatividad inspirada nace como virtud natural, uno no le queda más remedio que rendirse a la causa, por la exaltación del arte como forma de entretenimiento y de vida. Así podemos enumerar un montón de artistas que han tocado la magia de su creatividad para transformarla en todo lo que proyectan.

 

La Montaña de Gáldar por su cara noroeste tiene hoyuelos de corteza erosionado que la hacen un enorme pastel de toba y a cuya altura el viento sigue lidiando la suerte de su propia creatividad. Antonio Franco decidió fabricar arriba su última casa, su museo y su taller de entrenamientos. Quizás porque al mirar al valle, divisa toda la depresión de Santa María de Guía, sus montañas y barrancos, desde el Albercón de la Virgen a Hoya Pineda, la mirada es a vista de pájaro, lo que le otorga una exclusividad radiante de armonía y concentración en la montaña.

 

Lo primero que uno descubre al acercarse al marco de la puerta de su garaje, es la cantidad de instrumentos musicales y tradicionales que cuelgan de todos lados. 60 timples, 20 guitarras, 4 contras, 8 bandurrias, 4 laudes, requintos, tambores, violines, cuatros, castañuelas… Todo elaborado por él, con sus moldes, sus procesos… 

 

 

Pero además colecciona llaveros. Unos 3.000 llaveros enmarcados, barcos de madera, balcones, yugos, arados, jaulas etc. Su arte no tiene límites, ni desfase en tiempos, es todo contrarreloj y muestra de ello es que todo este derroche de creatividad y elaboración tiene de realizado unos 10 años. Que fue cuando despertó su necesidad de crear cosas y transformar su energía. 

 

Una de las curiosidades más destacadas de tanta explosión de arte. Es que cuando quiere realizar alguna pieza especial o moldear para elaborar cosas, su primera fabricación es la máquina que le ayude hacerlo. Así vemos compresores, lijadoras especiales, tornos y un largo etcétera de útiles modificados por el mismo.

 

Hasta aquí, parece que todo tiene cabida en un artista amañado autodidacta y aplicado en su tiempo libre. Pues además de tener sus cabras en la montaña, que también hace queso casero y tiene tiempo para pasear y rodar, pues su otra pasión son las motos.

 

 

El resto de su garaje y el altillo le va dedicado a ello. Mientras el poco espacio que hay va salpicado de vespas y triciclos Piaggio -el ultimo comprado a Ramoncito el "fueguista" de Valsequillo- Hondas, Yamaha etc. En el altillo tiene las "Licencias Municipales", las motos más famosas en este rincón del noroeste grancanario. Es como Corea pero en miniatura, todo el mundo tiene dos o tres en casa, desde las Antorchas de Derbi, toda la familia de Puch y así hasta la era de los "escúteres".

 

Un día que estuvo Benito “el cartero” del Club de Vespa Canarias de visita por la Montaña le hizo un reto en su observación y afición: “Hombre Antonio, viendo y disfrutando todo lo que haces sólo te falta una cosa que hecho de menos, fabricarte tu propia Vespa de madera”.

 

 

Antonio Franco es hombre comedido y cuando se le enciende la chispa de la posibilidad solo mira a traves de ese resplandor. Tres meses después llamó a Benito para que verificara su apuesta: La Vespa de Madera que funciona. Un currado traje de madera para entrar en una serie limitada tradicional y artesana cuyo acabado ruboriza a más de un robot internacional de cadena de montaje.

 

Probablemente la primera y única Vespa de madera diseñada en Canarias y montada artesanalmente por un hombre que ama las motos y le da rienda suelta a su creatividad en cualquier reto y formato.

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