En este nuevo periplo de Canariasenmoto para descubrir los
garajes canarios, nuestros rincones viejas glorias del alma, el lugar donde
todos los motoristas apasionados sienten conexión espiritual con sus pasiones,
en ello el tiempo de entretenimiento, se convierte en culto y dedicación, para
algunos este proceso es largo y costoso, para otros. Los artesanos amañados, es
divertido y contagioso. Y en estas tesis de elaboración cotidiana y vital,
vamos encontrando mucho material guardado, dormido digo, tal vez en esa lista
de espera para restaurar. O pendiente del guiño de su dueño, que decida ese
momento esperado de escogerla a ella y no a las otras, para iniciar el nuevo
maquillaje, a veces original, a veces tan solo restaurador
En cualquier caso, los pasajes que vamos descubriendo y
transmitiendo están llenos de anécdotas y de romanticismo. Porque no hay moto
sin lectura, ni dueño sin datos de su historial. Unas más interesantes por su
marca, matricula o particularidad, otras por sus limitaciones, fracasos o
éxitos en las carreras. De todas ellas vamos aprendiendo a redescubrirlas y
representarlas con la sintonía de nuestras inquietudes
Esta vez toca en la capital nuevamente, en la periferia en
los barrios que cuelgan a la ciudad antes de ser engullidos por el tormento del
hormigón y las infraestructuras. Hay un lugar en Las Palmas de cuyo nombre
podemos remitir y es que debió haber un Robinson Crusoe Canario, que después de
leer la novela y mirar en la lejanía a la ciudad decidió bautizar a su entorno
“Isla Perdida” atrapado en mitad de la montaña que desciende de la Vega de San
Jose del Álamo hacia poniente al valle de Tamaraceite
La fórmula
de “juntos tocamos a menos y labramos más compartiendo pasiones”. Debió ser la
buena para alquilar un buen garaje, donde meter muchas motos clásicas y
antiguas, allí guardamos nuestros tesoros aplicamos tres normas y tenemos el
punto de encuentro. Así Miguel, Antonio, Pepe, Jorge, Roberto, Felix, Jonatan,
Gonzalo, decidieron fundar el Garaje isla perdida, que viene a ser el grupo de
amigos de las motos añejas, su conservación y estado es puro culto continuo y
restaurador.
Ellos son fieles al evento Viejas Glorias y sus motos si no
todas, la mayoría se han dejado ver, aunque con tanto material guardado y en
lista de recuperación, es difícil tenerlas a todas juntas, dejamos muestra aquí
de una parte de su material, ya que en sus casas particulares tienen otro
tanto.
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