lunes, julio 14, 2025

HOMENAJE A TINO SUÁREZ

Cuando Tony Santana, me comentó que le iban hacer un reconocimiento especial a Tino Suárez, me quedé pensando al verle mayor y a distancia, que no lo recordaba, hasta que le vi de frente y me lamenté el infortunio de tal lapsus, Tino, le llamé; me acerqué y le di un abrazo, increíble que sigas adelante con las carreras de cintas; a lo que me contestó; y con la misma moto. La Kawa 500 de finales de los años setenta.

A Tino tuve la suerte y el honor, de organizarle su primera carrera de cintas en la Gavia, en el año 1980 de la que recordó que conserva los trofeos y tiene en su haber 56 piezas de los 46 años que lleva participando en este tipo de carreras de entretenimiento de las fiestas locales. Me recordó nuestra época del futbol en la piconera del Lomo Peña en nuestra juventud, y por supuesto el culto a no faltar nunca en las pruebas de la Gavia, de la que conserva un gran recuerdo por la cantidad de participación que suscitaba.

Hubo una época dorada de las carreras de cintas en moto, me recordó, todos los barrios de la periferia de Telde, Valsequillo y Santa Brígida y muchas escapadas a Galdar, llevaba sus anotaciones de las fiestas de los pueblos y acudía a ellos en las fechas, por que la comunicación no era como ahora que el Whatsap o el correo lo hace todo, antes, ni teléfono, teníamos que fomentar el boca a boca y anotar las fechas de celebración de las fiestas de los pueblos.

Su mujer e hijo, atento a las evoluciones de la familia, nos recuerda que, para acompañarle a las carreras de cintas, iba atrás en el furgón agarrando el manillar de la moto amarrada, para no perderse las citas que le divertían mucho. El tiempo por ellos no pasa, al igual que su Kawa 500 se conserva; tal cual, resuelta añeja y con esa melancolía romántica de los dorados años de su llegada a Canarias, siguen siendo de naturaleza eterna, y es que el mejor regalo del imperio del sol naciente, que introdujeron los japoneses en los años setenta a las islas. Y aquellas cilindradas intermedias eran una delicia de conducir y disfrutar.

Con Tino Suárez y su larga historia de participación en las carreras de cintas, se recupera el reconocimiento perenne a un clásico, que se ha mantenido activo a lo largo de toda una vida y que el tiempo a regalado el testigo para la continuidad.

 

HISTORIA DE LAS CARRERAS DE CINTAS O SORTIJA EN CANARIAS

La primera referencia es del año 1527, donde se celebraron estas carreras en una fiesta en honor del nacimiento de Felipe II. Se le llamó carrera de cintas, por las cintas con las que se premiaba a los participantes a caballo tras la competición, cuando habían conseguido ensartar una anilla; éstas, eran lucidas por los jinetes en las carreras siguientes como señal de prestigio

CARRERA DE CINTAS EN LAS GOTERAS

Ya suman 24 años los que de la mano de dos grandes animadores del barrio del barranco las Goteras, límite entre Telde y Santa Brígida, aunque sus fiestas locales, se den en la raya de Santa Brígida; la pareja de Tony y Beatriz, del vespa club los impresentables del Garaje de isla Perdida, grandes colaboradores del evento Viejas Glorias Canarias, siempre activos en la causa y grandes pasionales de las motos, decidieron alegrar este pequeño barrio de orografía oculta, con la mejor versión de sus pasiones. El culto de las motos de pequeña cilindrada de ahí, las carreras de cintas, que se pusieron de moda en la zona en los años 70. La Gavia, San Roque, la atalaya y muchos pequeños núcleos del norte de Gran Canaria; este entretenimiento divertido sobre motos tiene su peculiar historia en estos barrios, donde se enraizaron con gran nivel de competición y seguimiento.

Tony Santana con su larga familia, son las almas maters de la fiesta, que congregan muchos amigos de las pequeñas cilindradas y congregan un encuentro con sabor canarión, se resisten al paso del tiempo y en las caras de sus amigos, encuentran el placer de un clásico que no debe perderse.

Una veintena de motos – Puch, derbi, Vespa, Rieju, Fantic, Bultaco, Ossa, etc. tomaron el relevo de la carrera de cintas, la habilidad especial de algunos se dejaba notar en la familia Santana, con excepción y capítulo aparte del gran Tino Suárez – del barranco las Goteras- un clásico que lleva 46 años compitiendo en todas las pruebas de la zona; allí los amigos de las motos y del colectivo vecinal, le hicieron entrega de una placa de recuerdo a sus años de competición en carreras de cintas, un testigo del tiempo, que alegró su transición entre amigos del mundillo de las dos ruedas.

Una jornada para el recuerdo con una surtida exposición de motos clásicas y antiguas de los vecino y allegados, que disfrutaron una hermosa mañana de buen tiempo en el puente las Goteras, donde se celebran las fiestas del Carmen.