Un relato de Feli Santana
El tiempo es una máquina aterradora que pasa el rodillo con la tenacidad de contar cada segundo hasta en las milésimas. En ese espacio de vivir que nos otorga el destino, hemos de ser capaces de cultivar la inteligencia, los valores y la responsabilidad para ser felices incluyendo lo que significa la concesión de una vida plena, con todos sus matices.
Confieso que cada descubrimiento nuevo me abre la dimensión de la fe en las personas y en las grandes historias que han forjado su vida y este tesoro que he perseguido toda mi vida, es el mejor regalo que te pueda brindar la sabiduría a tu existencia.
Don Rafael Henríquez nació en Arucas en 1933, cuenta en su activa vida con 87 años y fue de los hombres visionarios y emprendedores de la ciudad de las Palmas. Era, en los años mozos, un gran pasional de las motos, de las que enhebró no pocas correrías con los amigos de la época, en aquellos dorados años 50. Gran Canaria era un vergel de posibilidades de expansión y negocio. El turismo Internacional encontraba una puerta abierta en la amplia oferta de la capital. La antigua hegemonía inglesa mantuvo el flujo del suministro industrial como un gran aliado al despertar social.
DE AQUELLAS GRANDES COSECHAS, ESTAS BONITAS HISTORIAS.