Los cuentos suelen ser la
melodía de las emociones, para satisfacción de la memoria a través de la
lectura. Suelen hablar de contenidos y fábulas, aventuras de honor y nostalgia.
El cuentacuentos transcribe una realidad visionada desde la gratitud y la
historia, desde el arduo trabajo y la constancia. Este cuento que ahora quiero
contar es un camino andado entre espinas apartadas y rosas florecidas, entre
aromas agradables y voluntades generosas.
30 años de Viejas Glorias, es
un proyecto joven y floreciente regado con pasiones de amor por el motociclismo
y su gran familia, es una exaltación del trabajo incansable de un Moto club que
exhibe su disciplina. Valsequillo volvió a levantar la bandera de la decencia y
el honor de pueblo entregado a la cultura vintage y en estos aires primaverales
de medianías la sintonía del motociclismo encuentra razones para madurar su
fruto.
El espacio diverso, donde el evento des playó su contenido ordenado, cumplió a la perfección su primer objetivo de aniversario, manifestar las pasiones de todos, una banda enarbolada de ilusión, agitaba la bandera de ordenarlas por conceptos. La feria vintage se ilusionó con fusionar el proyecto de la “casa del coleccionista de Galdar” con el amigo Pedro al frente, como colofón a su gran trabajo, encontró el lugar perfecto, el público ideal y la consideración más patente.