¿Que tendrá el Vespasión Canarias, para que tanta gente guapa, le den por tirar pal monte o la costa como las cabras, -paseando en estas simpáticas, medias motos- será la experiencia de compartir una pasión increíble de compañerismo y buena sintonía? Será que toda la familia siente un nexo de unión entorno a la más simpática de las motos de rueda chica. O tal vez, que el buen rollo que despachan estas “pepitas” es sinónimo de diversión, nostalgia, ambiente fiestero y desfile particular en las carreteras por donde transitan. Cualquier caso, no es para menos, pues el fin de semana en el Sur de Gran Canaria, no se hablaba de otra cosa en los bares y corrillos, -Vieron el viaje vespas, que pasó por el pueblo, -esta mañana- iban más de doscientas- media hora pasando “vespillas”. Decían algunos exagerados, Una pasada confirmaban otros, y el tercero en la puerta del bar, - con cara de rasquera y admiración de espectador se quedaba rumiando, - Coño mi tío tiene una en el garaje, que lleva arrimada allí, desde que salió del cuartel. Voy a tener que meterle mano. Y de entrada le dio un subidón y se fue pa la barra del bar a pedir otro cubata, mientras empezaba a calentarse por no haber ido a recuperar la puta vespa. Siasss…