Cuantas veces hemos visto en las fotos de la década de los 50/60 a pilotos oficiales levantando a pulso su motocicleta o motor. En un acto de autentico sobreesfuerzo por dar a conocer la ligereza de los materiales y del concepto. Eran los años en que la lucha por el adelgazamiento y la efectividad se imponían en las nuevas tecnologías motorizadas.
En la foto el desaparecido Bill Lomas, bicampeón del mundo en el 55/56. Portando el generoso motor V8 de la moto Guzzi 500.
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