“Lo que importa es tener una excusa”
En varias ocasiones, hemos comentado en tertulia, la necesidad de organizar concentraciones moteras con sentido, como tal. En nuestras islas continúan abundando las excursiones moteras, de hecho cualquier fin de semana, podemos vivir en directo la legión de motoristas transformados que peinan de norte a Sur, de este a Oeste todos los rincones de las islas. Un fenómeno que viene apoyado por el boom de las ventas de motos, y la nueva formula de vivir el placer de las dos ruedas.
Por ello, Con la excepción del “Viejas Glorias” por autentico. La cultura motera canaria es joven en cuanto, al valor de las verdaderas concentraciones, donde se comparta entre colectivos excusas para conocerse y estar juntos en un fin de semana. El paseo en pelotón y las largas colas de motocicletas en caravana esta en desuso, Los colectivos se multiplican y reducen a grupos manejables de 15 /20 motos, se identifican con un lider y funda un moto club nominal, pasear y rular por las carreteras de las islas es la consigna.
Por ello cuando los moteros Trail de Gran Canaria, decidieron montar su propia concentración, lo decidieron desde el buen rollo del colectivo, El Cata que es el líder del grupo, convocó a la concentración invernal por excelencia en Canarias, si en Alemania existe ELEFANTTREFFEN en España lo hicieron con PINGUINOS, en Portugal lo hicieron con FARO, En Italia la STELLA ALPINA. Desde luego en Canarias no iba a ser menos.
Nació el PERENQUENTREFFEN, homenajeando a la invernal Europea, con la concentración en nuestra isla. Los moteros trail de Gran Canaria, pusieron las bases y el empujón necesario para consolidarla. Las normas es que todos tienen que ser autosuficientes, tienen que subir en moto; Casetas para acampar, las barbacoas, los sacos de dormir, y la comida y bebida para compartir con todos. No hay organización, solo normas básicas. Tienen que sacar el permiso de medio ambiente para acampar con sus amigos, su parienta etc. Y el respeto elemental para una convivencia festiva.
Probablemente, solo te enteres de que se realizó, si estas cercano al colectivo, ellos transmiten la noticia de la fecha, funciona por el boca a boca, son enemigos de las masas, pero no excluyen a nadie, son pocos pero muy resueltos, amigos del buen rollo motero, y gente con muchos kilómetros de amistad y tertulia. Tocará techo algún día la concentración? Lo dudo. Mientras la masa no se dispare.
Cruzar la cumbre por la tarde con la caída del sol en Febrero es bastante fresquito. Aunque me contaron que el primer año, fue bajo una intensa lluvia y frío. Acabaron en un refugio de Tejeda de aquella manera.
Me incorpore sobre las seis y pico largas, quería compartir la noche de los “Perenquentreffen”, Santiago y Cristo, desde Telde, decidieron acompañarme con sus 125cc hasta Tamadaba y volver casi con la noche. “Chapó” por ellos.
El pulmón de Tamadaba siempre nos recibe desde la soledad del bosque isleño, que allá en las alturas se erige fiel y conservado. Entrar en la degollada de Coruña y adentrarte en Tirma tumbando con timidez las serpenteantes curvas es un placer menor, la grandeza es observar el Pinar lagrimoso de musgo y alisio. La fortaleza gigante que es la cumbre de Tamadaba con el pico de la bandera a 1420 m. De Altura, y lo equilibrado del bosque. Bajando la finca de Sansó, antigua explotaciones forestales y hornos de tea, ahora olvidadas, sorteamos las crestas para al fin localizar el punto de encuentro del “Perequentreffen”.
A orillas del acantilado, con el puerto de las Nieves como referencia de la noche, fría y serena, Saludos, sonrisas y bromas de bienvenida, montar la caseta y volver a encender las barbacoas, preparar la noche que habrá que combatir, El chino, laura, Cata, el tiri, el Boinardo, el litel, Fran el párroco, su chica, chipito, el piños, la sobrina de las “Hostias”, Juan, Alberto, Mameg y su chica, luego apareció de visita con medio gallináceo del Español y yo mismo, que empezaba a entrar en calor gracias al “Glorioso” de Juan del Rincón del motorista.
Dicen que estuvo toda la noche lloviendo, yo no me enteré, si pude observar la niebla antes de la anestesia, la luna anestesiado. Y una noche estrellada agradable, hablando mil conversaciones. A eso de las 21.30 h. Para no molestar a los pocos campistas del pinar, hay un rito secreto que es calentar las motos y subir unas vueltas a ritmo de perenqué. Sin excesos, ni salvajadas. Luego gastamos la música, el ron, las charlas. Hasta que el frío y el sueño de algunos otros, los fue metiendo en las casetas. Aún me dio tiempo pisar los charcos de las roca y observar Agaete dormido, Adivinar el espectro de Faneque hacia el Oeste, molestar un poco más, a los bellos durmientes y escaparme al refugio de lona ante la inmensa en implacable noche de los “perenquentreffen”
El día después es diferente, recogemos sin prisas, dejamos todo inmaculado, y partimos a desayunar a Tejeda, ahí acaba la concentración con los comentarios de la noche, y buen rollo del asunto. Yo me prometo a mi mismo volver, si me entero, estas concentraciones. Alimenta mi convicción de motero, a la vez que nace una nueva cultura necesaria, por que tantas motos rodando juntas un fin de semana, no es bueno para la salud del tráfico.
Felicidades “Perenquentreffen” es una concentración de verdad.
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