Colección particular de Domingo Diaz
Siempre nos alegramos en el
aliciente que supone descubrir una buena colección de motos y material clásico,
descubrir a las personas que están detrás de estas pasiones enriquecedoras y es
obvio que esa mirada a lo particular uno descubre grandezas que reprocha al
mundo por permanecer en silencio ante los ojos de la humanidad, pues por mucha
habilidad que tengamos y por muchas gestiones que avanzamos en los
descubrimientos, es imposible mostrar todo el material guardado y mucho menos
los detalles increíbles que pasan desapercibidos en estos santuarios del
coleccionista
Domingo Díaz nació y se crío en
Telde, en su ADN figura la gentileza, simpatía y predisposición como
principales cartas de presentación. Si bien ya lo conocemos en el mundillo
clásico por su magnifica colección de coches y su desenfado y generosidad en
llevar su material a las exposiciones. Acudir a las cabalgatas de reyes con sus
joyas antiguas o mostrar su material allá donde se le requiere.
Dentro de la calidad y variedad
de su colección encontramos una treintena de motos de buen porte, material
variado de muchos países y destacamos también una estupenda colección de
bicicletas, descubrir en un museo cuidado en orden y muestra de todo tipo
encontrar algo sin un guía, es complicado porque nuestros ojos serán como las
máquinas tragaperras devorando los miles de cosas que cuelgan por todos lados.
Un gran secreto del amigo Domingo
es su amistad con Brad Pit. Si, el actor. Pues el y su material ya pertenecen a
la historia de varios rodajes de películas por los escenarios de las islas.
Entre otras, “Palmeras en la nieve” etc. Nos muestra fotos de su participación
como actor secundario en varias y nos sorprende su capacidad para la adaptación
cinematográfica.
Con Domingo el material clásico y
antiguo permanece seguro y expuesto a los amigos en su inmenso templo de la
Rocha, aunque ya tiene una segunda catedral casi lista para seguir desahogando
esta sed inmensa de la colección. “Pero miren a mi me regalan las cosas, vengan
para que vean lo que traen todas las semanas”. Y nos muestra los últimos
materiales antiguos que le han traído. Un acordeón antiguo, un Extintor, una
bicicleta y abre una bolsa, mira y un mono de carreras a color, es de mi talla.
Dice. Y lo despliega, nos quedamos mirando el nombre del piloto que lo enfundó,
nada menos que el CRIVILLE. Pero a él, eso no le dice mucho.
A Dios gracia el material y la
continuidad de sus pasiones quedan en buenas manos y buena familia.
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