¿Que tendrá el Vespasión Canarias, para que tanta gente guapa, le den por tirar pal monte o la costa como las cabras, -paseando en estas simpáticas, medias motos- será la experiencia de compartir una pasión increíble de compañerismo y buena sintonía? Será que toda la familia siente un nexo de unión entorno a la más simpática de las motos de rueda chica. O tal vez, que el buen rollo que despachan estas “pepitas” es sinónimo de diversión, nostalgia, ambiente fiestero y desfile particular en las carreteras por donde transitan. Cualquier caso, no es para menos, pues el fin de semana en el Sur de Gran Canaria, no se hablaba de otra cosa en los bares y corrillos, -Vieron el viaje vespas, que pasó por el pueblo, -esta mañana- iban más de doscientas- media hora pasando “vespillas”. Decían algunos exagerados, Una pasada confirmaban otros, y el tercero en la puerta del bar, - con cara de rasquera y admiración de espectador se quedaba rumiando, - Coño mi tío tiene una en el garaje, que lleva arrimada allí, desde que salió del cuartel. Voy a tener que meterle mano. Y de entrada le dio un subidón y se fue pa la barra del bar a pedir otro cubata, mientras empezaba a calentarse por no haber ido a recuperar la puta vespa. Siasss…
Este
fin de semana, dio para mucho sobre Vespas y admiraciones, sobre sintonía de
amistad y proyecto compartido por todos los amantes de estas increíbles clásicas
de la carretera, Con el Faro de Maspalomas de testigo, El puerto de Mogán de
referencia y la Aldea de conclusión. Todo un paseo costero y de altura, con
mucho azul de mar, y de secano de costas, donde el veranillo eterno de los que
un día fueron a las zafras tomateras del tablero, allí se quedaron, -Ellos lo
interpretan, como día normal en el Sur.
Así
D. Manuel Guerra fundó hace algunos años, una institución en la mecánica de los
carros de los aparceros, -Toyotas y 4x4- y de paso levantó una familia de gente
dinámica y comprometida, de la que nació el fenómeno de Vespafaiter, Ellos;
tenían el objetivo de demostrar que eran capaces de hacer mucho más que una
Romería, y desde que Moises y Ale -hijos- decidieron propagar su entusiasmo,
contagiaron a medio Sur de sintonía y buen rollo. les siguieron toda una legión
de amigos de batalla y compromiso. Aday, Iván, Pau… Una legión más de allegados
directos e involucrados permanentes. Pero esto no tendría sentido, sin sus
mujeres y padres con la gran familia involucrada. Y créanme que además
demostraron de lo que son capaces. Un ejército de coordinación, montando avituallamientos
y desmontando, dando apoyo organizativo y trabajo en equipo, con una sonrisa
agradecida en todo momento. Que grandeza “Vespafaiter”. Como se toman los retos,
que honor para las vespas y la pasión del encuentro anual.
Al
señalado día -de verano- de Canarias, llegaron más de noventa vespas, y entre
saludos y abrazos de reencuentro regional, partió el zumbido de la abejonera a
rendir culto al faro de Maspalomas que la grandeza de León y Castillo, plantó
en la esquina de Meloneras y la charca de las dunas. Allí estaba radiante y
orgulloso D. Marco Aurelio el alcalde, con una programación festiva cargada de
actividad. Y la foto oficial, dejó a los turistas móvil en mano haciendo selfis
en la despedida. Ya en la remontada al
Monte León. Descubrimos la belleza escondida de Ayagaure, con los embalses
clamando al cielo un verano de soledad y sequía, mientras barranco abajo sigue
el hormiguero, que ahora remonta arteara, para parar en su magnifica degollada
de las Yeguas, con la parada y la recarga.
Remontar
el Oasis de la necrópolis Arteara imponente, el pintoresco pueblo de Fataga y
llanear por Manzanilla hasta el santuario de Tunte. Donde tantos encuentros de
viejos amigos rememoramos, cada vez que llegamos a este lugar mágico de Gran Canaria.
comienza la visita y los abrazos en La cueva, al Barbero Manolito que nos abre
la barbería de nuevo para charlar y agradecer que le recordemos, las 4 esquina
y el Molino, cuantos amigos y buena sintonía regala Tunte. Un día de Canarias
lleno de folklore y Vespasión puso el broche de la partida al almuerzo.
Taidia
era el objetivo gastronómico y de allí salimos con sonrisa y hartera, para sobrevolar
los abismos de la fortaleza de Ansite y las vallas, zarandeando curvas tras curvas,
vespas tras vespas. Casa pastores, la orilla Sardina del Sur. Juan Grande -repostaje-
paseo turístico por la joya de la corona de San Agustín al campo internacional,
continuamos por pedrazo en Meloneras, buscando entre carpinteras y Triana el
pasaje olvidado de costas. Entrada triunfal en Arguineguin con admiración del
pueblo sobre el enjambre cansado de rutas y buscando sombras
La
noche de Balitos, fue un pasaje inolvidable y festivo de camaradería y disfrute.
Allí se reconocieron todos los involucrados, se curtió el valor del Vespasión y
la necesidad de cerrar filas a su cuidado y continuidad, como estandarte de las
islas de pasión por las vespas. Y aquello duró más allá de nuestra capacidad de
disfrute con Vespafaiter, los límites los ponen ellos, nosotros no podemos
seguir su ritmo.
Amanece
en Anfi y el rumor del zumbido Vespero invade Arguineguin y despierta lentamente
el ambiente mañanero. -Churros con chocolate invita la casa, con rica bollería anti
resaca- montaje vespertino con la disciplina de los enanitos de Blancanieves y
su labor en la mina de la organización, pronto partimos descubriendo costa y paisaje
turístico de nichos soleados y playas paradisiacas. Mogán nos recibe radiante
de curiosidad y esplendor diurno. Allí tuvimos tiempo para descubrir este
rincón del sur. Rayco Guerra el concejal del ayuntamiento moganero, nos atendió
positivamente, y pronto tiramos barranco arriba entre fincas de aguacateros y
mangos, vergeles amurallados de hortofrutícolas manjares. Veneguera, Tasarte y
degollada de la aldea, esta parte antigua de la isla, es de magna expresión paisajística,
con una carretera maravillosa donde rodar es puro placer en moto.
En
la eterna y lejana aldea, el tiempo se paró bajo los laureles de la plaza, es
mediodía de un sábado y apenas si hay movimientos de calle peatonal, los bares abiertos
se llenan de pronto y las terrazas exhiben su condición al viajero de las
vespas. Pronto se recupera la sintonía verbenera tras el almuerzo y los
agradecimientos finales por tan gratas jornadas
A
los abrazos y despedidas, de cada colectivo o grupo se une el sentimiento de
fortuna y la convicción de grandeza del evento. El esfuerzo que ha supuesto a
los amigos de Vespafaiter darnos un baño de calidad organizativa con un increíble
fin de semana de vespas, para el recuerdo. Gracias amigos, disfruten de las
cosas echas con amor y pasión y es que el Vespasión Canarias bien se merece
vuestros halagos y trabajo. Y como dirían los franceses cuando se acabó la explosión
de los sentidos, Chapoó... Compañeros.
Arranca
el nuevo reto 2026 y ya hay buenas propuestas en candidaturas. Que no pare la
música de las Vespas, eso dijeron y se quedaron otra noche más de marcha.
Tremendos
Vespafaiter…
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