Nuestro
querido amigo Gilberto Sosa, el concejal del ayuntamiento de Moya, me ha hecho llegar
esta noticia que, aunque triste por el desenlace si a sido auténtica por la
integridad de quien la portaba
Ayer
falleció maestro Luis el Sr. De 93 años que le hicimos el homenaje en el Viejas
Glorias. Sus hijos le pusieron la medalla VG en el pecho y le pusieron el “Puch”
en marcha y le dieron unos acelerones de despedida en el entierro. Que
emocionante testimonio de nuestra querida fiesta, que para muchos amigos
veteranos de guerra es un reconocimiento de su propia existencia y pasiones.
Desde
todas las generaciones de Viejas Glorias Canarias les mandamos un cálido abrazo
a toda la familia y en especial a sus hijos. Y nos congratula haber compartido
momentos de gloria con Luisito en el pasado evento. Del que pudimos extraer
todo un gran testimonio de una vida con las motos.
Recordamos el texto de su alegato por la alegría que nos produjo su visita y consideración y siempre quedará grabado en nuestra hemeroteca el placer de su reminiscencia.
PERSONAJE VIEJAS GLORIAS DE ORO.
D. Luis Rodriguez Vega con 92 años tirando de un bastón y con su nieto cerca llegó temprano el domingo, en su mirada nonagenaria y su experiencia vital, adivinó que allí encontraba su identidad y se mezcló con las motos viejas, observando el Motocarro Iso, con la generosidad de refrescar su memoria lúcida. Gilberto el concejal me presentó a Luisito, que nos enamoró con su espontaneidad sobre la marcha. Tráete el Púchi le dijo al nieto. Mételo aquí, con su familia. Hace menos de un año que no se sube en él, pero su nieto no le ha pasado ni el trapo, el funciona bien, tiene atrás un baúl de los de antes, Una caja madera, con latas de aceite, botella, lechera y esas cosas antiguas que se niegan abandonar la caja y que sirve como calzo, tuvo muchas motos en su vida. Este Puch Condor, la última que compró y que le ha servido toda la vida con gratitud. Hombre cuerdo, que nos contaba las pocas pesetas que costaban las primeras amotos. Come todos los días una escudilla de gofio y leche, potaje, cosas de la tierra, por supuesto y un pisquito Ron. Le dimos el micro a Luisito y se le formo tremendo gentío de aplausos y sonrisas alrededor de su ocurrencias y comentarios, fue un rato increíble de Viejas Glorias, que regalo más hermoso conocerlo.
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