Buenos dias mundo
Confieso que la práctica del trial de antaño, ha sido una filosofía de vida. Poder llegar a lugares increíbles, a lomos de una moto. Es el máximo sueño por el que aspiraba, a principios de los años setenta. Yo veía subir las Bultacos Sherpas y las Cotas, por el camino del Vinco y flipaba en colores. El Vaquero, Eloy, los pioneros del trial en Telde. Eran además paisanos del barrio de La Gavia
En el año 1985 pude comprar esa Bultaco sherpa a "el Vaquero" GC1982 U y comenzó esta maravillosa pasión por el trial y el descubrimiento de los rincones de Gran Canaria. Nosotros concebimos este deporte desde la genialidad del equilibrio y el paso por lugares difíciles.
Pronto, llegaron más. Las Fantic. 301 roja, 301 blanca. 303 roja 303 amarilla, 305, 307. Etc..
Luego vino la Aprilia. La primera moto que compré nueva. Una flamante 240 Climber única en Canarias. Pedida por encargo a Noale. Año 1989.
Con esta joya hicimos nuestras mayores glorias del trial. Aventura y competición. Recorrimos toda Canarias. Incluyendo una visita en barca a la Graciosa. De ahí le apodaron la "Isleña" y la "Viejita" Adiós gracias y trás un olvido de diez años. Jota Lewis y el Batata, la devolvierón a la vida y empieza ahora escribir su tercera historia, con cerca de 28 años
Un buen día me dijo un amigo que tenía una moto de trial en su casa de Tirajana, era un Yamaha y hacia muchos años que no la usaba. Interesado por la curiosidad, me fui a verla para enamorarme de nuevo. Era un TY 250. La última trialera refrigerada por aire que sacaron los Nipones. La curiosidad, es que nunca había llegado a España a la venta. Y claro está. Ya estaba yo enganchado a las reliquias y exclusividades
Llegamos pronto a un acuerdo, después de conocer su bonita historia y adquición. Se la regaló un "Giri" Belga que la usaba cuando venía de vacaciones, a la isla.
Se la cambié por una bicicleta de montaña. Y empezé a disfrutar de una trialera clásica con un pedigrí especial. Increíble. Motor suspensión, giro, tracción. Casi siete años, sin hacerle nada, y darle tralla de camino.. Y nunca se quejó
Hace unos cinco años decidí aparcarla. Hasta que pudiera restaurarla, ya se lo merecía.. Y tenia otra novieta. La Fantic 303 amarilla. Pidiendo amor trialero a gritos. Pues se lo dí. Y lo he disfrutado, es un motor noble y valiente. Siempre estuve enamorado de su chasis y decoración, la tracción y pilotaje, solo tiene un estilo. El clásico. Llevándola ahí, con cariño y coraje te da momentos inolvidables.. Ahora le toca. Descansar al taller y a las manos del flaco. Para devolverle la vida con un mantenimiento, restauración a fondo
Este año, estrenamos la Yamaha, TY 250, con su traje nuevo, sus arreglos de vitalidad. Me a devuelto la ilusión y su conducción suave y armoniosa es un placer para los sentidos. Igual dá, que estes en el fondo de un barranco, que en la cresta de una montaña. Dulce, tierna y valiente.
Me he vuelto a enamorar de mi Yamahita..!
Amores clásicos que enaltecen tu tiempo, el placer de redescubrirlo. Con ellas el trial se hizo amable y compartido. Nunca pasarán de moda. Lleva explícito el secreto de su condición.
Sean felices...
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