Hace unos cuantos años, al
principio de los Viejas Glorias tal vez, conocí a Don Francisco Morales
Santana, Maestro Paco el de Bañaderos, un hombre tranquilo cercano familiar, me
quedé encantado con Paquito. Me contaba historias maravillosas de su vida, de
su padre y del tiempo pasado que para él, era la continuidad de un cuento
vivido con filosofía.
Un día me enseño una foto preciosa que resumía aquella familia humilde de artesanos de Bañaderos. Su padre era Manolito el Latonero y lucía una Triumph 350 de impecable percha. Junto a él, su madre Francisca, su hermano Pepe y él, con apenas 14 años. Me quedé prendado de la foto y del misterio que encerraba y le pedí que volvería para que me contará la historia de su padre.
Han pasado mas de veinte años y
buscando los archivos me asaltó el recuerdo y la promesa y no dudé ni un
instante en localizarlo y visitarlo, para que me contara más acerca de Manolito
el Latonero, entrañable vecino de Bañaderos.
Don Manuel Morales Santana, nació
en 1903 en la Costa de Bañaderos, con Doña Francisca Santana. Tuvieron 3 hijos.
Manolo, Pepe y Paco. De jovencito tenía especiales habilidades para la
artesanía, la mecánica y la improvisación, a estas virtudes se le acentuaron
trabajando en el Pozo del Porrón, desde donde partió para montar junto a su
familia, la Latonería artesanal, esta vieja profesión de soldar calderos,
enganches, vasijas, se fue expandiendo hasta que aparecieron las primeras
bicicletas y con ellas el relanzamiento del negocio que acabó en tienda de
motos al final y de la mano de Maestro Paco.
Su primera moto fue una Francis
Barnett Merlín 125, como la de mi abuelo, una moto que le dio muchas alegrías y
que acabó vendiendo al practicante de Galdar, que se enamoró de ella y le dio
tres mil pesetas más que comprándola nueva. Antes ya había enseñado a muchos
amigos a conducirla, era un buen hombre que le gustaba enseñar y transmitir sus
conocimientos a los suyos, Una Motobic que solucionó el problema del consumo
exagerado de aceite, calentando en la fragua la grasa sólida y echándole a la
moto para que le aguantara el engrase. Su gran moto fue la Triumph 350 una
hermosa máquina inglesa que le hacían el señor de la vecindad, le colocó una
trampilla tipo palometa en el escape con sistema de apertura desde el manillar
y un pitido peculiar provocado al accionamiento voluntario y la algarabía de la
chiquillería a su paso..
Manolito fue especialista en
carreras de cintas en Bicicleta, y en reparar los neumáticos con chalecos,
teniendo habilidades especiales para todo tipo de soluciones, su mujer adoraba
los animales, en la foto con la Triumph aparece Tinka el perro y manolito y
ella con sus cachorros en la mano. A doña francisca le regalaron una cacatúa
que le pusieron Katana y el pájaro y el perro, esperaban que saliera Paquita,
para acompañarla a la tienda todos los días, mientras Manolito tenía un ratón
blanco que acudía a su silbido a saludarle, una bonita sintonía con los
animales caseros.
Maestro Paco, nuestro anfitrión
me recordaba que en Bañaderos había cinco motocicletas en los años 50: Bruno Falcón con DKW, D. José el practicante
una BSA, Perico Martín una BSA, Castellano otra BSA y Manolito el Latonero la
Triumph.
Paquito aprendió a conducir la
Motobic, de Manolo el chirringa, mecánico del taller de la Marquesa en la
Hacienda de Arucas, esperaba que llegara el domingo para que le prestara la
moto para ir a buscar la leche a la finca, iba por todos los atajos y pistas de
tierra para que la policía no le multara y deseaba que pasara la semana rápido
para coger la moto.
A la pregunta de si recuerda la
primera excursión a la que acudió en moto, no dudó en comentar que fueron 13
motos, 3 mujeres de acompañantes y un Triciclo. Fue a principios de los años
sesenta y desde Agaete hasta Arguineguín era pista de tierra, una carretera muy
dura que incluía el paso por Andén Verde con el abismo de los riscos y el
regreso por el sur. Los trajes de las mujeres eran mantos de tierra acartonado
de tantos kilómetros de calvario en tierra.
La moto de la que recuerda mayor
simpatía fue su vespa y actualmente guarda con cariño algunas como el Derbi
Variant una Vespa Iris 200 y un taller surtido de todo tipo de herramientas
donde dedica su tiempo libre entre recuerdos y desarrollo de sus habilidades
artesanas. Herencia de Manolito el Latonero, su padre. Larga vida al amigo
Paquito Morales de Bañaderos un asiduo al evento viejas glorias que acaba de
restaurar un Mini Minor “la famosa furgoneta de madera” precioso trabajo para
un gran Viejas Glorias.
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