Buscar un adjetivo para calificar al gran Pepe Moreno, es tarea complicada. Yo le digo “atemporal”. Un personaje salido de su tiempo real. Muchos amigos le piden la receta. El maná de su eterna juventud y arman la guasa constante cuando intentan intimidar su actitud. Pepe lo tiene claro, su secreto se llama moto de trial, moto de campo, moto todo terreno. No hay reto que se le resista, ni apuesta en la que no se exhiba. Él suma y sigue. Un fenómeno de humanidad, cercanía y un entrañable y perverso escalador de montañas.
PEPE MORENO, EL HOMBRE QUE SUSURRABA A LAS MOTOS
Hemos querido una vez más, acercarnos a su palmarés, a su historia, a sus motos. A descubrir cómo se fraguó la leyenda. Una historia de trabajo, de inmigración, de familia, de carreras, de amigos y aventuras. Pepe fue el mejor alumno de la primera clase de trial en Canarias. Un sobresaliente al encantador de motos, que lo mismo hacía diabluras con su Puch DS50 del reparto del Butano, que con un Garelli de pequeña cilindrada.
El día que le dijeron de probar unas motos específicas para el trial, se le abrieron muchos los ojos y el flechazo fue de por vida. Las motos de trial se habían inventado para su forma de entender el mundo. Motos para llegar más allá de las reglas del juego y en esta tesis deportiva, cocinó su actitud frente a la vida, en la que cada obstáculo es salvado con maestría, experiencia y tenacidad.
Sus correrías mundanas son de descubrimiento continuo. Viajar al continente africano con las motos de raid y enduro o todo terreno, incluyendo en una de esas aventuras, el reto de llevar una 4RT de trial, como estrafalaria apuesta personal, para saciar las comparativas de tales locuras. Una anécdota más para sus nietos y compañeros de actividad.
Lejos de colgar las botas y sentar tranquilidad para escribir sus memorias, sigue adquiriendo nuevas monturas actualizadas y conservando las más veteranas: Sigue saliendo varias veces a la semana, a descubrir nuevas rutas y seguir compartiendo lo que siempre le ha encantado la fórmula de su felicidad.
Cuando se fue hacer “Las Américas” compró un Bultaco Pursang, en 1976, y decidió traspasar sus habilidades al motocross ya que el trial era desconocido en América. Estuvo corriendo en Miami y creando una familia de hijos americanos. Pero el no paraba de hacer y pensar en volver a su Gran Canaria, sueño que consiguió casi 30 años después. Hoy es un activista del motociclismo, un “rambo” sin caducidad y un experimentado señor mayor, que nos entusiasma con su actitud competitiva.
Ahora prepara sus clásicas para competir el próximo campeonato de Trial de Clásicas, de la era post-covid. Y como siempre, volveremos a buscar excusa para que nos siga contando historias ya que la leyenda continua…
Feli Santana - Org. Viejas Glorias Canarias
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